miércoles, agosto 29, 2007

A tomatazo limpio

TomatesVarios jóvenes intentando evitar el impacto de los tomates en sus rostros en una nueva edición de la fiesta de la 'Tomatina' de Buñol, en Valencia, España, a la que asistieron más de 40.000 personas. La fiesta tiene lugar cada último miércoles de agosto desde hace más de 60 años. Las normas marcadas por el Ayuntamiento exigen el aplastamiento de los tomates antes de ser lanzados, y además la cooperativa de Xilxes (Castellón), encargada de abastecer de tomates a Buñol para la Tomatina, es responsable también de seleccionar únicamente aquellas hortalizas maduras aptas para ser lanzadas. Con ello se pretende evitar que la constante lluvia de tomates que sobrevuelan e impactan en las cabezas de los participantes no causen daños demasiado graves, aunque el aturdimiento después del paso de dos o tres de los cinco camiones remolque cargados hasta los topes de tomates resulta prácticamente inevitable, según explican muchos de los implicados. En el interior de estos remolques, varias decenas de afortunados buñolenses son los encargados de distribuir la "munición" y de volcar por completo la carga de tomates sobre el asfalto, aunque para ello deban ir amarrados con arneses y cubiertos de tomates hasta el pecho durante la mayor parte del recorrido. Justo una hora después del lanzamiento del primer cohete, un segundo trueno pone fin a la batalla y marca el inicio del operativo de limpieza, una actividad tan perfeccionada y coordinada que ciertamente resulta atractiva en sí misma, pues en apenas unos instantes desaparece el color rojo que invade suelos y fachadas dejando de nuevo a la vista el pavimento y las aceras. Así, las calles se llenaron hoy de turistas procedentes de todo el mundo, aunque especialmente de Japón, Corea, Bélgica, Australia, Estados Unidos, Canadá, Italia, Francia y Alemania en esta singular, amistosa y colorista batalla.